martes, 1 de marzo de 2022

Estudio biográfico: María Elena Vieira Da Silva

  • Biografía

Vieira Da Silva, M. E. (1930). Autorretrato.

María Elena Vieira Da Silva nació en Lisboa el 18 de junio de 1908, y a la temprana edad de 11 años, comenzó su formación artística en la Academia das Belas Artes, en Lisboa, sin embargo, en 1928, se traslada a París, donde se matricula en la academia de la Grande-Chaumiere porque, inicialmente, muestra un fuerte interés por la escultura, pero finalmente se decantó por la pintura, lo que la lleva a centrarse más en esta modalidad. 

En 1930, se casa con el pintor húngaro Arpad Szenes, con el que produce conjuntamente obras de muy diversas naturalezas, realizando su primera venta en 1934, durante su primera exposición de arte. A pesar de que su carrera estaba en un punto culmen, en 1935 el matrimonio se instala en Lisboa, pero por proximidad del conflicto bélico, cinco años más tarde se ven obligados a trasladarse a Brasil, donde Vieira Da Silva tuvo contacto con muchos intelectuales de la época a la vez que organizó exposiciones que consiguieron ganar el afecto y el gusto de los brasileños por su obra.

National Portrait Gallery London. (s. f.). María Helena Vieira Da Silva [Fotografía]

En 1947, el matrimonio vuelve a residir en París y Lisboa alternativamente. Durante toda la década de los 50, se dedica a exponer sus obras de manera periódica en la galería de Jean Boucher en París. A su vez, la pintora llega a recibir varias distinciones gracias a su arte, como en la Bienal de Sao Paulo, la Bienal de Caracas y en el Stedelijk Museo de Amsterdam.

En 1956 adquiere la nacionalidad francesa, pero continuará visitando con frecuencia la capital portuguesa, y en 1960 llega a ser nombrada Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. En 1963 recibe el Gran Premio Nacional de las Artes en París, durante el resto de los 60, llega a realizar numerosas exposiciones, tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Por último, en 1970 es nombrada por su país natal como miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes con el fin de reconocer el valor de sus obras. Continuará recibiendo distinciones y realizando exposiciones hasta el momento de su muerte, en 1992. Actualmente, muchas de sus obras residen en el Museo Solomon R. Guggenheim, en Nueva York, además de en el Tate, en Londres.


  • Estilo artístico

La obra de Vieira Da Silva se inscribe dentro del paisajismo abstracto. Sus pinturas son muy reconocibles por dos elementos: la construcción metódica de superficies mediante la acumulación de pequeñas líneas y formas geométricas y su constante interés de crear y representar espacios con dichas formas. Asimismo, sus pinturas ciertamente unen el elemento cultural y artístico portugués de los azulejos y los paisajes; con las refinadas formas y expresiones del arte moderno francés.

La etapa más temprana de su arte fusiona varios recursos del cubismo, futurismo y constructivismo, fuertemente influenciada por Paul Klee ya que, al igual que este, representa su propio universo de manera poética, utilizando la gradación y yuxtaposición cromática. Dentro de esta primera etapa, comienza a reflejar la sensibilidad que destacará dentro de su madurez artística. Como ejemplo de su más temprana obra, destaca A Partida de Xadrez (1943). No obstante, su obra sufre un punto de inflexión en 1948 donde se da paso a su estilo de madurez, más marcado por la utilización de perspectivas geométricas más complejas, compuestas por manchas de color que terminan por crear un conjunto irreal donde no existe un punto de vista fijo.

A partir de la década de los 50, el tema principal de sus obras será el ambiente de posguerra, el cual representará mediante ciudades quemadas o inundadas, callejones y paisajes varios, muchos de ellos ambientados en el atardecer. Asimismo, también muestra especial interés en las bibliotecas, el ajedrez y los naipes; temas que, definitivamente, serán recurrentes hasta el final de su carrera. Algunos ejemplos de este tipo de arte, se ven reflejados en composiciones como Les façades éboulées (1957) y Vielle Amérique (1958).

Vieira Da Silva, M. E. (1943). A Partida de Xadrez [Ilustración]

En obras de mayor madurez, simplifica el dibujo y reduce drásticamente su gama cromática, reduciendo los colores a uno o dos por lienzo, como ocurre en su obra L'Eclair (1965).

Posiblemente, una de sus obras más conocidas sea A Partida de Xadrez (1943), adquirida por el Estado francés. Aquí se refleja bien el estilo de la autora: como a través de pequeñas piezas geométricas conforma un gran mosaico. Esta obra se encuadra dentro de su estilo de juventud, dado a que el punto central del cuadro se identifica con mayor facilidad.

No obstante, la obra de Vieira Da Silva que más me llama la atención es The Corridor (1950). Me parece una obra tranquilizadora y a la vez tétrica. Aquí la artista pretende, mediante la repetición de formas geométricas, crear una representación de un pasillo, y a pesar de que los colores sean relativamente suaves, existe algo ciertamente inquietante en este cuadro que no lo hace bello, sino que lo acerca más a la estética de lo sublime. Las líneas que se deforman y las diferentes sombras que se pueden apreciar en este cuadro hacen de esta obra todo un festín de emociones, cada cual más perversa y retorcida que la anterior.

Vieira Da Silva, M. E. (1950). The Corridor [Ilustración].

Mientras que quizá, A Partida de Xadrez me transmite orden, belleza y tranquilidad, The Corridor me transmite soledad, inquietud y angustia.

El arte siempre ha estado muy relacionado con lo estéticamente placentero y lo bello, sin embargo, las composiciones de este calibre, a pesar de que me transmitan peores sensaciones, me hacen estar más interesada en la obra y el motivo detrás de su origen: por qué la pintó, con qué fin…

Asimismo, la abstracción de esta obra permite que cada persona la interprete con su propio criterio, lo que a su vez la hace más polifacética y, en mi opinión, más interesante.


  • Referencias bibliográficas

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