lunes, 7 de marzo de 2022

Autorretrato

El 11 de febrero y el 4 de marzo, estuvimos trabajando en el taller de plástica con el concepto de autorretrato, así como lo pusimos en práctica dibujándonos a nosotros mismos. A lo largo de toda la historia del arte, hemos visto una cantidad ingente de autorretratos, siendo quizá el más famoso el que realiza Velázquez en Las Meninas (1656). No obstante, ¿Qué es un autorretrato?

Velázquez (1656) Las Meninas.
[Ilustración] Museo del Prado.

Un autorretrato, según la RAE, es un retrato de una persona hecha por ella misma. Así mismo, definimos el retrato como una imagen de una persona, hecha por cualquier procedimiento, que de alguna manera establece relación de reconocimiento entre modelo y obra (Priego, C. C. 1985). Es de especial importancia promover la realización de este tipo de ejercicios artísticos desde Primaria, porque como bien menciona Ana Martín en su blog, para poder realizarlo los niños han de hacer un análisis profundo de los rasgos faciales que le definen y poder plasmarlos en un dibujo. La profundidad o el realismo de este dibujo, tendrá que ver con su maduración mental, la visión que tengan de sí mismos, o las ideas estereotipadas que tengan a la hora de plasmar su imagen de manera ilustrada. Asimismo, el dibujo es uno de los principales medios de comunicación de los niños, por lo que es necesario prestarle atención a la percepción que tienen de sí mismos como del mundo, por lo que es fundamental pedirles que realicen periódicamente autorretratos con el fin de detectar posibles problemas o carencias. Es por ello que, para poder comprender la relevancia de esta práctica en la etapa Primaria, nosotros mismos estuvimos realizando un autorretrato a partir de las indicaciones del profesor. 

Primer boceto: resultado
final de la primera sesión.

Durante la primera sesión, estuvimos viendo nociones teóricas sobre el autorretrato y la importancia de su aplicación en la Educación Primaria, y comenzamos a dibujarnos en un folio tamaño A3. Primeramente, se nos pidió que dibujáramos un óvalo que abarcase casi toda la totalidad del folio y, posteriormente, dividimos esa figura en tres partes iguales que después nos ayudarían a poder ubicar los labios, la nariz y los ojos dentro de ese óvalo. Lo último que hicimos durante esa clase fue dibujar los ojos, elemento principal del rostro y, por el cual, después podríamos situar el resto de nuestra facciones. 

En la siguiente práctica, el 4 de marzo, se nos pidió que termináramos el dibujo, por lo que, en referencia a una fotografía, terminé el boceto inicial. Una vez tuviéramos hecho esto, se nos encomendó una tarea: retroceder a los 7 años y ser lo más expresivos posibles con nuestro autorretrato, por lo que a cada mesa de trabajo se le otorgó ceras; tanto duras como blandas. Las ceras duras sirven para marcar líneas del retrato que se quieran destacar, mientras que las blandas servían para colorear espacios más amplios. En resumidas cuentas, unas estaban más centradas en la línea, y otras, en la aplicación del color.

Dibujo antes de colorear.

Inicialmente, comencé a marcar las líneas fuertes del dibujo en morado, pero después fui añadiendo una mayor gama de colores conforme avanzaba con la ilustración, dando como resultado la segunda imagen, estado en el que el dibujo todavía estaba por colorear, a excepción de los ojos.

Mi idea inicial era hacer el dibujo con tonalidades como las que había utilizado para marcar las líneas (Naranja, morado, rosa, amarillo...) pero cambié de opinión a mitad del proceso, por lo que acabó siendo de tonalidades verdes y azules. Comencé a colorear la piel con verde y azul, así como con blanco, color con el que difuminaba y le daba un tono más pastel al dibujo. La elección de colores es porque quería meterme de lleno en la mente de mi yo de 7 años, y a mí me encantaba el turquesa cuando era pequeña; era mi color favorito, por lo que si me hubieran dado la libertad que tuve en esta práctica, seguramente también me hubiera pintado de ese color.

Finalmente, coloreé mi pelo del color que llevo actualmente, y dibujé un fondo de color amarillo porque quería dar la sensación de contraste entre la frialdad y la calma del color azul, y la calidez y dinamismo que transmiten el naranja y el amarillo, que podría ser también un reflejo de mi personalidad: a veces fría, y a veces, cálida.

Dibujo final.
En conclusión, creo que esta actividad tendría un impacto muy positivo si la trasladáramos a nuestras futuras aulas de Primaria, porque con algo tan sencillo como es dibujarnos, podemos comunicar muchas cosas de nuestra personalidad y la forma en la que nos percibimos en relación a nuestro entorno, por lo que posiblemente, con la misma libertad que tuvimos nosotros durante toda esta práctica, yo lo aplicaría también a lo largo de toda la etapa Primaria, y, al igual que hace Ana Martín, los recopilaría y se los daría al final de su etapa para que ellos mismos puedan ver la evolución de sus dibujos y que se den cuenta de su progreso en las artes.




  • Referencias bibliográficas:

Priego, C. C. (1985). Algunas reflexiones sobre el autorretrato. Liño: Revista anual de historia del arte, (5), 177-204.

Viadel, R. M. (1988). El dibujo infantil: tendencias y problemas en la investigación sobre la expresión plástica de los escolares. Arte, individuo y sociedad, (1), 5.

Martín, A. (2021) Autorretrato. Blog de Artística Primaria. 

https://www.alqueria.es/blogs/alqueriaartistica/tag/autorretrato/

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